Cántico espiritual: o obxecto do desexo

canticoFidel Vidal. Se o Cantar dos Cantares –di J. L. Aranguren- é un poema sobrecargado de sensualidade, o Cántico é profundamente erótico. Nel o “argumento”, a “acción”, consiste na “consumación da unión amorosa enteiramente narrada”. Para Francisco Rico o Cántico significa a mellor síntese da doutrina mística que segue o itinerario cara á unión (amorosa e mística) desde os seus comezos (Subida-Noche) até o seu final (Llama), onde a amada (alma) atopa ao amado (Deus) nun marco natural e apracible.

Mi Amado, las montañas,/ los valles solitarios nemorosos,/ las ínsulas extrañas,/ los ríos sonoros,/ el silbo de los aires amorosos.

Calquera transcendencia (o Un, o Ser do mundo, un indicio de Deus, o dedo que sinala) é produto dun encerro en si mesmo. “Constitúese unicamente na vida da conciencia, como ligada inseparablemente a esta vida” (Deleuze, Meditacións cartesianas). Non podemos apartarnos da vida, desta vida expresada en palabras, para acercármonos á poética de Juan de la Cruz e participar dela humanamente. Porque a mística só pode partir da experiencia humana, e participar do divino en tanto humano, talvez demasiado, ou demasiado pouco, humano.

Adónde te escondiste,/ Amado, y me dexaste con gemido?/ Como el ciervo huiste/ habiéndome herido,/ salí tras ti clamando y eras ido. (Canciones entre el Alma y el Esposo)

cantico2Como e onde atopar o obxecto do desexo? Sabemos que non existen obxectos de desexo. Só hai suxeitos desexantes. Daquela a busca parte e debe recalar no propio suxeito. As imaxes do poeta non deixan de ser o que son: imaxes. O lugar de busca aparece como un locus xeográfico, a espesura dun bosque ou un val entre montañas, cando en realidade o agocho onde se refuxia o Amado sen ningunha necesidade de refuxio, atópase no lugar máis preto: dentro dun mesmo.

“A levidade e o fulgor do Cántico espiritual, acaso non traducían a experiencia intuitiva dun ámbito alleo á lóxica e ás tautoloxías do raciocinio?” (Juan Goytisolo, Telón de boca). Lémbrome dunha moza sufrindo de grande angustia por temor a perder o amor, non o seu amor, senón a súa capacidade para amar. O amado, neste caso, era irrelevante. A historia de amor radicaba nela mesma. “Debe ser horrible”, queixábase, “non poder amar!” Unha celeste ferida/ fainos, mais non sen pegada:/ a alma no sentido das cousas/ a diferenza nota. (Emily Dickinson, Poemas)

Non hai outro agocho que a mesma alma onde o Amado vive, onde reside o desexo. Xamais o Esposo abandonará o seu lugar porque non existe un seu lugar onde residir. O saber do Amado vén dado pola constante falta que se nota coa súa presenza, a ocupar todo en min sen o ocupar de vez. A san Juan de la Cruz, mesmo sen o exercicio explicativo da teoloxía escolástica, non lle falta o saber da mística, no que se saben por amor e “non soamente se saben, mais xustamente se gustan”. A experiencia é subxectiva e intransferible, só compartida na intención a través da palabra e, dentro dela, a palabra poética como a máis axustada.

11 comentarios en “Cántico espiritual: o obxecto do desexo

  1. Querido Fidel,
    Creo que el último párrafo de esta entrada es especialmente interesante.
    El lugar. El no lugar, podría decirse igualmente. La Gran Alteridad aceptable desde la perspectiva teológica racionalista, deja de serlo en la experiencia mística. No se sabe del Otro sino que se “gusta” a lo Otro en uno, sintiendo su presencia y angustiándose en su ausencia.
    No saber sino sentir, no creer racionalmente sino sentir estética y extáticamente. Tal vez sólo el discurso erótico pueda dar muestra de ese instante eterno de sentido.
    Las experiencias místicas on distintas pero comparten lo inefable y acaba resultando que eso no decible lo es no por lejano sino precisamente porque está ahí mismo, al lado, dentro. Basta con mirar… los lirios del campo o los gorriones.
    Un abrazo,
    Javier

    1. Por aí anda a cousa, querido Javier, polo saber que “sabe” e que se “saborea”. É un luxo contar con aportacións como as vosas. Teimudos, nas próximas seguiremos da man de Juan de la Cruz. Unha forte e saudable aperta.
      Fidel

  2. ¡ Ah! ahora he caído, Gonzalo. Sí, lo que soy es osada, me meto en camisas de once varas pero como ya sabéis que quiero aprender y todos me enseñáis un poco, yo sigo adelante.
    Pero el coraje, sinónimo de valentía… ese, creo que brilla por su ausencia. De todas maneras, gracias Gonzalo. Se nota que me aprecias. Es recíproco .
    Un bico.

  3. Gracias también a ti, querido Gonzalo. Y te contesto: – No soy nada corajuda, yo creo que soy todo lo contrario pero, de veras que te agradezco que tengas ese concepto de mi. Eres un cielo.
    Besiños, querido amigo.

  4. Gracias, Fidel. Continúa deleitándonos con ese lirismo. Con esa consumación amorosa entre, el ser y la poesía.
    Decía san Agustín: Cuando rezamos, hablamos con Dios; cuando leemos, es Dios quien habla con nosotros.
    Salud, Fidel. Que esas tentaciones puedan llegar a culminarse.

  5. Os ousados somos nós, o ousado son eu, atenta Magdalena, por atreverme a escribir sobre frei Juan de la Cruz, mais agrádame saber que alguén coma ti participa de parecidos gustos. Insisto no “xogo” coas verbas, na sensibilidade da escrita, na ocasión de reler algúns versos, unha e outra vez. Do gozo coas palabras. Sor Juana Inés de la Cruz, outra grande! Por que, se lle aprendemos aos nenos a faceren o ben, aínda así algún deles acaban facendo o Mal?
    Saudiña e boas tentacións.

  6. Como siempre, espléndido tu trabajo sobre San Juan de la Cruz.
    Hace tiempo que no entro en Café Barbantia porque -entre otros menesteres más gratos- estoy pendiente de una operación de la que, aunque no importante, ha habido tres intentos fallidos. Esperaba que a la tercera fuese la vencida, pero la excepción…da al traste con la regla. Parece ser que para la próxima –la cuarta- me dan todas las garantías de éxito, pero lo del gato escaldado hace mella.
    Mientras tanto procuro vivir la vida lo mejor que puedo; porque encima (y tan encima: en el piso de arriba) están realizando una obra faraónica de la que llevo más de dos meses soportando el ruido ensordecedor de los taladros y el martilleo incesante. Lo que más me fastidia es que los vecinos ni siquiera han tenido el detalle de ponerte al corriente de la que se te venía encima: se las han pirado sin más.
    Volviendo a San Juan: al margen de que “Cántico” sea considerado erótico -como muy bien expresas, entre otras cosas- “no podemos apartarnos de la vida, de esta vida expresada en palabras, para acercarnos a la poética de Juan de la Cruz y participar humanamente de ella”. Por algo se humanizó el Amor al que creo se refiere San Juan de la Cruz desde su experiencia humana.
    No sé por qué tu trabajo me trajo a la memoria una experiencia vivida por el extraordinario psiquiatra Víctor Frankl cuando, prisionero en un campo de concentración nazi, era conducido con otros presos a realizar trabajos forzados: de repente tuvo una visión imaginaria de su esposa, de su figura, su rostro, su voz, su sonrisa… En ese momento, relata:
    “Un pensamiento me traspasó: por primera vez en mi vida vi la verdad tan cantada por los poetas y proclamada por los pensadores como la última sabiduría; la verdad que el amor es la última y más elevada meta a que puede aspirar el hombre. Entonces comprendí el significado de ese gran secreto que poesía, reflexión y fe han querido revelarnos: La Salvación del hombre viene con el amor y por el amor¨
    Aunque continúa, lo dejo aquí porque me caigo de sueño.
    Boas noites

  7. Buenos días, Fidel:
    Cada vez me gusta más poder participar de vuestros gratos y diversos artículos. Muchas veces pienso que la osadía es uno de mis defectos. Introducirme con gente tan erudita es de un arrojo considerable pero… me enseñáis tanto… Y disfruto tanto…
    Leer el mensaje de frases como la siguiente: ” Sabemos que non existen obxetos de desexo. Só hai suxeitos desexantes ” y que no caigas en ello, hasta que alguien lo escribe… Bendita sea la osadía.
    Me estás introduciendo en la lectura de San Juan de la Cruz, es una preciosidad. A mí, me encanta Sor Juana Inés de la Cruz. Seguro que conoces la maravillosa poesía…
    / Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón/ sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis / Si con ansia sin igual solicitáis su desdén/ ¿ por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal ? ….
    Seguro que la conoces y segura estoy también, de que te parecerá una preciosidad.
    Un besiño, Fidel. Que en ese escondite de tu alma resida por siempre el amor global.

Deixa una resposta a Fidel Vidal Cancelar a resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *