Principio do desquite

imagesMarina Losada Vicente. Aí está, cun caderniño apuntando os prezos, Ana, herdeira dunha empresa que ía cotizar en bolsa! Tendo conta do que pode gastar, como unha mendiga! Non se lle nota na roupa, que a leva impecable, mais non é de tempada. Seguro que é ela a que lle pasa o ferro!

Outra vez! Nas ofertas! Por favor, non pode vir na hora de peche, cando veñen os necesitados mercar produtos perecedoiros? Danme ganas de dicirllo. Pobre, que é pobre! Pois que faga como os pobres, que non moleste!

Míraa hoxe, con teléfono! De seguro anda a comparar prezos con outras tendas. Que a como están os escachos? Os escachos? Quen come escachos?

Ana, desde que a empresa pechou por causa da pandemia, aprendeu a ler nas miradas. Sabe quen a culpa da situación, quen lle ten mágoa e quen anda ao seu, sen ocuparse dos demais. Sabe tamén que amigas miran para outro lado. E sobre todo, sabe para quen é un estorbo, unha molestia, o seu… non vaia ser contaxioso. Tamén sabe devolvelas. Principio de desquite:

-Señor comisario -finxe chamar por teléfono, a voz en alto- si, si, vin a cleptómana, xa sabe, a que ando a vixiar, agochando no peto interior do abrigo de ante unha crema facial das caras. Acabo de mandarlle o vídeo.

3 comentarios en “Principio do desquite

  1. Marina:
    Quién no piensa en lo que está pasando estos días, con esa “encarnizada” lucha entre Rusia y Ucrania…?, y lo que es peor: esas pobres gentes ucranianas sufriendo la “sinrazón” de las guerras. Ya no encuentro palabras para calificar a este sujeto xenófobo haciendo daño de manera indiscriminada, sin respetar a nadie. Y ahora por si fuera poco, ataca a una Central Nuclear. No sé a donde vamos a parar en el caso de que hubiera una fuga.
    Las guerras Marina, solo generan pobreza y desolación para unos, y riqueza y poder para otros. Esa es la diferencia.
    Nosotros también recordamos épocas similares. A mí me tocó vivir la posguerra, ya que he nacido después de la misma. Recuerdo, eso sí, ir a la tienda y traer el pan por medio de una cartilla de racionamiento que, por medio de puntos, les daban a cada consumidor en forma de cupones como si fuera dinero, para más tarde canjearlos por bienes racionados. Menos mal que mi abuela tenía un pequeño corral con unas gallinitas. Recuerdo también que se mataba un cerdo cada año. Nunca pasamos, a Dios gracias, mayores necesidades, pero al igual que el resto de las familias de aquel entonces…, había que apretarse el cinturón.

    Para terminar, paso a otro tema menos triste y agresivo.
    Tengo lavavajillas y no lo utilizo porque me gusta el contacto con el agua, por eso uso solo un guante cuando estoy bajo el grifo del fregadero.

    Termino porque me he pasado un montón, por eso agradezco me hayas leído.

    Desde este bello lugar, un beso.

  2. Marina:
    Me suena, me suena mucho lo de la cleptómana robando una crema facial cara, o eso parece. A este paso, tal como está el panorama, aparecerán muchas más amigas de lo ajeno.
    ¡Qué bueno sería que los robos quedasen en un simple hurto!, pero por desgracia nos “mangan” de forma tan sutil, tan descarada…, que casi no nos enteramos.
    Voy a ponerte un pequeño ejemplo: una compra que hacía en un supermercado por 50 €, hoy no me cuesta menos de 70 €.
    Y ya no voy a mayores pagos, como son la electricidad, porque me pongo a cien revoluciones. No sé a donde vamos a parar.
    Hace unos días me encontré con una familia que tenía problemas con el recibo de la luz. Les solucioné el problema, pero fue peor el remedio que la enfermedad. Lo digo porque cuando llegué al buzón de casa, me encontré con mi recibo de la luz. No te digo cuanto, porque en ese momento la eléctrica era yo, ya que una serie de “lucecitas”, en ese momento, bailaban de rabia dentro de mi cerebro, por no poder ponerle un “petardo en el trasero” a todo el causante de estas subas exorbitantes en todos aquellos productos de primera necesidad.
    Y termino porque me está subiendo la tensión y temo que el próximo recibo, sea peor que este.
    Disculpa mi rollo “patatero” pero la cosa no es para menos.
    Un beso desde Palmeira.

    1. Fai días que non penso no recibo da luz, nin na suba dos cereais ou do petróleo. Fai días que só penso en que sentirá a nai dun xenocida ruso que manda matar inocentes. Concéntrome na nai, por non sacar o peor de min pensando no autor do xenocidio. Entendo o que se nos ven enriba, máis sei que xa pasei por esas nunha infancia e nunha pubertade nas que un iogur era un luxo e na que non tiña calefación, nin auga corrente. Cando unha veciña me pregunta a que hora poño o lavalouzas, miro as miñas mans que saben fregar con guantes e tamén sen guantes. Bicos, Naty.

Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *