Fidel Vidal. Enric Laurent advirte que na obra de Freud non se atopa unha referencia clara nin especial sobre a mística. O único comentario de Freud data do ano 1905, na famosa conversa con Jung, ante as dúbidas que atrancaban a este sobre as teorías da libido: o feito de que, ante o illamento dos monxes no seu retiro na práctica eremítica, estes suxeitos liberados do mundo, non terían ningún desexo. O monxe, a diferenza do psicótico -responde Freud-, non retira as súas investiduras do mundo, retírase do mundo pero para interesarse nel.
A pulsión reprimida devén carga de enerxía que se pode manifestar como angustia, ou aparecer en forma de máscaras sintomáticas para ocultar a fonte do desexo: a fonte e o destino. As consecuencias van desde a asunción pasiva da obediencia até a patoloxía ou a sublimación pola palabra: a palabra poética. E a do místico, mesmo el, existe verdadeiramente? Si que existe o “místico”, di Wittgenstein, e a súa palabra pertencente ao dominio do “inefable”, é dicir, aquilo do que, non sendo posible falar, mellor gardar silencio. Mais hai quen está en contra Wittgenstein (ao que se entende superficialmente) xa que logo “é no que non se pode dicir onde encontra, precisamente, a escritura, a súa riqueza e a súa necesidade.” (Maucice Blanchot).
A obscuras y segura,/ por la secreta escala disfrazada,/ ¡oh, dichosa ventura!,/ a obscuras y en celada,/ estando ya mi casa sosegada.
Lacan retoma todo isto (Laurent, A disparidade do amor), subliñando que se hai unha literatura feminina, unha escritura feminina como se dicía nos oitenta, esta vai estar do lado dos místicos. Por que? Porque é unha modalidade de amor extremadamente carnal. Os místicos experimentan vivencias especiais, até a certeza de relataren que no seu corpo está indicada a presenza do Outro divino. Os místicos evidentemente non son só femininos; é máis, hai toda unha fila de místicos masculinos de excelente factura, como san Francisco de Asís, san Buenaventura, san Juan de la Cruz, entre outros. Posúen unha mística masculina na que, no entanto, todos falan como se fosen mulleres. Son a noiva do Esposo.
Cal é a diferenza entre indicible e inefable? O inefable faise indicible non porque non atopemos as palabras para o dicir, senón porque o gozo é de tal natureza, tan grande, que non hai palabras para o expresar. “Non teño palabras!” Lacan encontra a proba do carácter indicible do desexo feminino no feito de que ningunha muller puido dar unha descrición conforme respecto dese gozo feminino. E pon en dúbida a frixidez feminina cuestionando se esta non encubre outro tipo de gozo indicible. Un gozo que, como indicible, vai xerar un tipo especial de discurso: o discurso místico. Para Lacan as máis altas expresións deste discurso son A éxtase de Santa Teresa de Bernini e a Noche oscura del alma de frei Juan de la Cruz.
“Na psicanálise -comenta Th. Adorno- nada é tan verdadeiro como as súas esaxeracións.”
Me congratula ver que los lectores de Café Barbantia se expansionan, y respuestas como las de Javier Peteiro son dignas de mención. Ojalá que ese rayo de luz que Fidel le ofrece continúe iluminando estas páginas.
Un abrazo Fidel. Saludos palmeiráns Javier.
Acabo de entrar por primera vez en este café Barbantia y, en vez de un café o una copa, me topo nada menos que con una excelente reflexión de mi amigo Fidel sobre la mística.
Un buen contacto con esta cafetería de la que ya me declaro admirador.
Hay algo que me llama la atención y que comparto de esta entrada de Fidel. Lo místico apunta a una posición femenina, de la que el lenguaje es una clara muestra, quizá especialmente en S. Juan de la Cruz. Se busca al amado. Lo busca la femenina alma o anima. Sólo desde la receptividad de esa posición, que no impide el ser viril, es factible acoger lo que nos es dado, los ríos, las flores, el universo, Dios. Curiosamente, también la gran ciencia es posible desde esa posición receptiva, femenina.
Podría decirse que es un modo mucho más humano, quizá incluso brutal, animal, de acercarse a lo que la mística supone. No se trata de la fusión oriental con el Todo, no es el “tú eres eso” de los Upanishad; es algo diferente. El alma no puede ya vivir desviviéndose tras haber tocado el amor más puro. Sta. Teresa lo expresó bien (“vivo sin vivir en mí”).
La relación amorosa, erótica, es la única que se hace ejemplar para poder hablar de lo inefable. Con la imagen del enamoramiento es factible dar expresión a lo más profundo, que no es nirvana sino más bien deseo e incluso angustia, aunque sea angustia amorosa, porque se aspira a lo eterno instantáneo en un marco temporal. Como bien nos muestra Fidel, es desde el cuerpo que es posible esa íntima relación con el Otro, por muy espiritual que se conciba. Llevamos un pesado lastre cartesiano de separación cuerpo-alma que, a veces, hace difícil la mirada. Ese lenguaje carnal de los grandes místicos remite a la integración. La escultura que muestra el éxtasis de Sta. Teresa lo dice todo y no denigrando, sino exaltando la necesidad de lo corporal, de lo animal en nosotros, para sentir la fuerza amorosa, irresistible, del Gran Misterio.
En síntesis, un post que es muy de agradecer a Fidel por lo que dice y sugiere.
Un abrazo.
Desde “Cerca del Leteo” escribe o meu admirado Javier Peteiro, científico que cre na beleza da ciencia: “A ciencia -di- xorde da admiración, profundiza na beleza, pero a veces a esquece(!!)…” Unha forte aperta e grazas pola túa aportación a estas páxinas do noso benquerido Café Barbantia, sen deixar de pensar, como Gertrude Stein, que “unha rosa é una rosa…”
Saúde e unha raiola de luz na escuridade.
Entiendo que vuestros trabajos son ciertamente interesantes y formativos, pero –reitero- demasiado elevados para intelectos corrientitos, como el mío. Y si, por añadidura, están escritos en un gallego académico: apaga y vámonos. (Es la cantilena de siempre…, pero repito.)
Nunca llegué a profundizar en las teorías –o pensamiento- de Jung, pero en lo poco que conozco estoy totalmente de acuerdo con él: siempre tuve la creencia de que el hombre –alma- es religioso por naturaleza, que los mitos nos hacen descubrir la realidad y que, aunque no me gusta lo dogmático, me considero religiosa.
No estoy de acuerdo en eso de que la mujer no sabe dar una descripción del goce femenino. Pienso que, si no lo hace, más bien es por una cuestión de pudor
Compadezco al monje libidinoso que, encerrado en un monasterio, carece de la capacidad literaria que le permita -de alguna manera- dar rienda suelta a su libido contenida.
Y, como también me falta autoridad intelectual para opinar sobre la obra de San Juan de la Cruz, copio la opinión del crítico Cristóbal Cuevas:
“Y eso es San Juan de la Cruz: un entusiasta exégeta de la naturaleza, el más admirable libro de teología simbólica que jamás se haya “escrito”, pues tiene a Dios mismo por autor. Y el “Cántico espiritual” declara estos símbolos y hace comprensible en cierta medida el misterio”
Buenas noches.
(Me lo temía: como siempre, se me ha adelantado Magdalena ¡Con lo bonito que escribe!)
Miñas prezadas e atentas Carmen e Magdalena:
Antes de nada grazas polas vosas magníficas e estimulantes aportacións. Na miña intención de “andar a voltas” sobre a obra e a figura de Juan de la Cruz non é outra que o gozo de reler os seus poemas e reflexionar sobre determinados temas que suscitan e, especialmente, sobre o que de humano, só de humano, hay nese grandioso “homiño” que foi frei Juan. Recollo uns apuntamentos de Cristóbal Cuevas citado por Carmen: Na España que lle toca vivir a Juan de la Cruz “vaise xerando un catolicismo doutrinalmente suspicaz e agresivo (…) potencia até a exasperación os poderes inquisitoriais (…) extrema os receos no referente á pureza de sangue, e configura unha Relixión de Estado na que a xerarquía eclesiástica asume a direcciòn da sociedade e das conciencias”. Na busca da relación con Deus, frei Juan evita toda intromisión dos “intermediarios eclesiásticos”, por iso non nos extraña que fose acusado ante o Santo Oficio “máis por omisión que por comisión”. (Cristóbal Cuevas, “Introducciòn” a Poesías Completas, San Juan de la Cruz, 1985)
O meu santiño!, un poeta para toda a vida. Con toda humildade, como cabería neste caso, seguiremos con novas achegas ao respecto.
Saúde e espléndidos amenceres.
Buenas noches Fidel:
Referente a la famosa conversación de Freud con Jung sobre si el aislamiento de los monjes frenaba la libido es posible que así sea pero, me parece muy acertado eso de que ” el monje no retira sus investiduras del mundo, se retira él del mundo para interesarse por el mundo”. Los que de veras buscan a Dios, dentro de los santuarios se ahogan pero añadiría: La ausencia, el aislamiento, a veces disminuye las pequeñas pasiones pero puede aumentar las grandes. Como decía Platón ” El virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la vida”.
Y sin profundizar más, no vaya a ser que me encuentre con arenas movedizas y no sepa salir de ellas, me despido con una frase que me encanta ( siento no saber a que autor pertenece) ” El amor es la más noble flaqueza del espíritu”.
Segurísimo que los místicos han disfrutado de esa flaqueza alguna vez y que cada cual interprete a su manera la música de los cielos.
Salud, Fidel, y un bienestar inefable para el resto de tus días.