X. Ricardo Losada. Non sei por que pero hai algo no mundo dos obxectos que me estimula dunha forma que sempre me sorprendeu. Se estades pensando en xoguetes eróticos, cambiade de canal, vou falar xusto do contrario, xoguetes metafísicos. Se agora, ao oír a palabra metafísica, vos entran ganas de fuxir porque nunca a entendestes, quedade aquí.
Por fin a ides entender. Desde que morreu meu irmán, poño por caso, se miro unha foto súa, vexo algo que non vía antes, aínda que a foto é a mesma. Ese algo é unha realidade metafísica: existe pero non é material nin sensible nin comunicable. Poderiamos escribir un libro enteiro para explicalo, e teriamos a sensación de que non explicamos nada.
Pero non quería pórme tan serio e didáctico. As realidades metafísicas tamén son divertidas, mesmo eróticas. A min pásame, por exemplo, cando limpo as gafas. Humedezo os cristais, enxaboo, frégoos, enxaugo e, para rematar, sécoos, todo cun delicado e rítmico movemento de dedos que para si quixera calquera clítoris. De feito, mentres o fago, escoito o in crescendo libidinoso das gafas, que chegan ao éxtase xusto cando as poño e as penetra o meu nariz. E non só iso. Como as limpo cando están moi sucias, os meus ollos chegan ao mesmo tempo a outro intenso orgasmo. Metafísicos, por suposto. Un día pregunteille á muller se os percibía, e díxome que non, para orgasmos metafísicos xa tiña os que eu lle provocaba.
A pesar deses dous contundentes exemplos hai moitos sabios que negan que existan realidades metafísicas. Non creades que é o caso da miña muller. O outro día, na cociña, pediume que lle pasase unha culler que estaba enriba da mesa. Eu estaba sentado e ela de pé cociñando a uns tres metros de distancia. Mandeilla polo aire e, como ela fixo un cálculo, ao meu entender, máis metafísico que físico, a culler caeu ao chan. Podías darma na man, dixo, bastante enfadada. Tiña razón pero, en vez de recoñecerllo, púxenme á defensiva e cando me poño á defensiva son un pouco pedante: É para que mellores a túa coordinación óculo-manual, díxenlle, como acabas de ver necesitas mellorala. Algo metafísico debeu captar nesas palabras porque, aínda que eu sigo sendo o mesmo, ela leva uns días véndome metafisicamente diferente.
Mal profesor de filosofía sería se me dedicase a dar fíos de Ariadna para
saír do labirinto. A iso dedícanse neurótica ou psicóticamente os políticos e os profesores que fan política en clase con mentes indefensas. Eu creo que a función dun profe de filo é habituar os alumnos a vivir no labirinto e a saber que toda saída é ficticia.
Acabo de cometer dous erros. Falar como profesor. Pórme excesivamente solemne. Non me desculpo. Estache ben por chamarme filósofo.
Apertas
¡¡ Jolín, prima !! qué nivelazo. ¿ Cuándo empiezan las clases para aprender con vosotros todo lo concerniente a lo conceptual ?. Me maravilláis.
Besiños con unha pequerrechiña carga de envexa.
magdaleniña
Si te he de ser sincera no tengo la menor idea de dónde ha salido eso de los remedios conceptuales. A ver si acabo de inventarme una nueva especialidad médica sin saberlo: Medicina Conceptual… Pues no suena nada mal la palabreja. Podría referirse a una terapia que cura a base de conceptos, sin necesidad de medicamentos, haciendo ver al enfermo que puede convertirse un poco en médico de sí mismo comenzando por desarraigar malos hábitos causantes de muchas enfermedades, por ejemplo. Se trataría de un tipo de medicina conductual destinado a reducir a mínimos la farmacopea: sólo los medicamentos estrictamente necesarios. Y es que cada vez que me recetan una nueva píldora me subo por las paredes.
Ya que el cuerpo y el espíritu son un conjunto armónico, la medicina “conceptual” iría dirigida al espíritu, enseñándole a descubrir la importancia de la mente en la prevención de enfermedades. Algo así como educar a través de conceptos que nos lleven a crear nuestra propia realidad con pensamientos positivos.
Y no me líes más con tus preguntas e indirectas, filósofo que, como ves, para liarme me basto yo solita. Más bien échame un cable que me ayude a salir del atolladero en el que me he metido.
No sé a qué te refieres con eso de “beatífico y metafísico”. Supongo que casarán lo mismo que tu orgasmo. Metafísico. claro.
Buenos días, que para mí van a ser tardes tratando de subir el comentario. Por más que aprieto en “publicar”, no hay manera. Y, encima, se me ha ido a la papelera. Está visto que las costumbres se hacen leyes y lo mío es escribir de noche.
1- É unha marabilla ler textos sobre a metafísica tan frescos e divertidos. Agardo que non os lean os comisarios da Filosofía. Probablemente perdería a licencia.
2- Claro que se trata de realidades metafísicas. Ademais das evidentes, pensa neses dous marabillosos títulos. Las horas que pasan. Las niñas grises. Onde están esas horas? Onde existen nenas grises? (Mágoa que non sigas contando máis).
3- Recomendaríache ir ao oculista, pero non podo. É un remedio físico. Metafisicamente paréceme un caso claro de mal de ollo, pero non podo darche un remedio publicamente. Por certo, intrígame moitísimo iso de “remedios conceptuales”. Se me dás algún exemplo, prometo escribir un artigo neste café titulado Mal de ollo sobre o tema.
4- Si, cada vez son máis explícito nos orgasmos metafísicos. É a lei da compensación. Nos orgasmos físicos son cada vez menos explícito.
5- Felices e metafísicos, non é unha contradición nos termos?
Apertas metafisicamente virtuais
Después de leer tu metafísico artículo pienso que algunas situaciones por mí vividas podrían catalogarse en esa categoría. Un ejemplo: muchos años después de la muerte de mi abuela heredé una caja de libros viejos de alguien que nada tenía que ver con ella ni con nadie cercano a ella. Para colmo, esa persona vivía en distinta ciudad, diferente época y ni siquiera pudieron llegar a conocerse.
Al ir vaciando la caja, que había recibido a través de una compañía de transportes puerta a puerta, llamó mi atención un libro rojo de encuadernación casera. Leí su título, que no conocía: “Las horas que pasan”, de Francisco Villaespesa. Observé que entre sus hojas despuntaba una cinta azul desvaída. Abrí el libro por la página que marcaba la cinta y, con gran sorpresa, pude leer “Las niñas grises”, poesía que mi abuela me había enseñado cuando niña.
Podría escribir más connotaciones extrañas sobre este caso y otros casos aún más extraordinarios que me ocurrieron; pero, al ser éste un comentario, no quiero extenderme. ¿Podría tratarse de realidades metafísicas?
En lo referente a mis gafas, la metafísica no me explica las causas de su comportamiento: por más que las limpio con mi aliento, con agua del grifo o con toallitas y bayetas, al ponérmelas veo peor que sin ellas. ¿Será acaso que mis ojos despiden algún humor extraño que las empaña? Tampoco logro nada con remedios conceptuales. ¿Podrías recomendarme tú alguno?
Muy explícito en lo del orgasmo metafísico.
Felices y metafísicos sueños.
¡¡ Entonces ahí está el quid de la cuestión !! tiraré el micro clean y la micro bayeta e utilizaré las crestas papilares para dar brillo y pulir los cristales, a ver si así de esa manera escucho el in crescendo rijoso de las gafas.
Un abrazo palmeirán.
1- Si. Aí entra a metafísica. Porque hai tres posibilidades. Que as realidades metafísicas estean nun mundo propio, no “interior” das cousas que observamos, ou no interior da persoa que observa. No caso que ti relatas, por como o relatas, eu diría que ese amor está nos tres ámbitos. Incluso agora, como experiencia compartida.
2- No segundo caso non é una cuestión metafísica. Simplemente que eu son bastante máis bruto. Non uso micro clean nin micro “bayetita”. Auga do grifo e xema dos dedos.
3- Respecto a comer, creo que a muller xa segue o teu consello desde moito antes de que llo deras.
Apertas in crescendo agradecidas
Yo, como me quedé en el segundo grado de Álvarez, comprenderás que no entiendo nada de esa rama de la filosofía llamada “metafísica” pero, lo que explicas sobre cuando ves la foto de tu hermano, no puedes darte idea de cuánto la entiendo. Voy a contar algo que jamás he hablado con nadie: Una Personita nacida de mi carne, dejó este valle inesperadamente con siete meses y diez días. Antes, yo no podía mirar esas fotos, en cambio ahora, siento la necesidad de ver ese cachito de cielo sonriéndome con esa preciosa carita y ya no siento dolor. Siento amor. Seguramente ahí entrará la metafísica.
Y como tampoco quiero ponerme tan seria y sí , me encantaría ser didáctica pero como eso es imposible, te diré que yo todas las noches leo un poco y hago lo mismo que tu haces, le echo a los cristales de las gafas el “Micro clean” y con la micro bayetita las restriego hasta dejarlas como una patena pero, deben ser cristales diferentes a los tuyos porque los resultados no son los mismos. Cosas de la ¿ metafísica ? ¿ físico? a ver si voy a tener que cambiar el “Micro clean”.
Lo de la cuchara no tiene perdón, yo no te daría de comer hasta que rectificases en lo “del óculo-manual”.
Un abrazo increscendo pero sin libidinosidad.
Besiños para Eva desde Palmeira y que te perdone ese imperdonable mal calculo cucharístico. Chao.