Papá e mamá

61K7tlEfdRLFidel Vidal. Quen son papá e mamá? Os directores de cine clásico expresan ben o comezo da historia. Un cuarto pechado, o pai fóra paseando nervioso, unha muller que sobe cunha ola de auga quente, o pai pasea, fuma, volve, vai e vén polo corredor. Un silencio tenso. De súpeto o pranto dun neno: unha nova vida entra na casa. Do pranto á metáfora. Que comunica máis, un discurso ou o rebulir dun novo ser no ventre da nai? Un parrafeo, un pranto, ou unha mirada fugaz e de esguello? Que llo pregunten a Baudelaire. Por non falar dos ollos do fillo cravados nos da nai, ese primeiro enganche dual dunha penetrante unión. A mirada… Comprobade o efecto que ten o simple feito de colocar uns “ollos”, uns botóns, a calquera obxecto ou garabato. De súpeto o obxecto e o garabato toman vida.

“Papá, dáme a man que teño medo”, velaquí o suxestivo título dunha obra de Leopoldo María Panero para comezar con esta afirmación: O pai biolóxico non existe. Por moito que se empeñen os xuristas e os románticos da natureza primaria como dogma do real, non existe outra clase de pai que o pai verdadeiro, é dicir, o da verdade relacional e vincular. O argumento do sangue (especialmente socorrido en termos de herdanza de bens) non nos vale porque non é un argumento: é lei. No ámbito biolóxico o que abonda na actualidade -sexan espontáneos ou derivados, frescos ou conxelados-, son os denominados proxenitores.

A relación sexual xenital debería establecer unha conexión co gozo e non coa procreación. A certeza da relación entre coito e embarazo é un descubrimento tardío na historia do home. Sucede o mesmo coa “ilusión” do contacto entre un espermatozoide -a mentira do vencedor, do número un, que xamais o sería sen a participación dos acompañantes na odisea- e un óvulo, propios, microspropios, da realidade dos laboratorios. Ou coa identificación do parentesco a través do ADN. Pertencen ao imaxinario científico e, nun paso documental cara atrás, aos “papeis”: do DNI ao ADN.

De aí a preferencia e persistencia das lendas, de que os nenos veñen de París ou o mito do repolo ou a non menos fantástica da cegoña. Polo menos ofrecen, ademais dun ton romántico, a forma dunha narración de cine, cinematográfica, críbel. A paternidade e a maternidade non teñen nada que ver co instinto, son produto da relación e do roce. O pai e a nai verdadeiros son aqueles que exercen a paternidade ou a maternidade, non quen aporta os elementos reprodutores. É aquela por quen chama ou aquel que reclama o fillo: “Papá, cólleme da man que teño medo”.

9 comentarios en “Papá e mamá

  1. Apreciado Fidel:
    Que los bebés venían de Paris o los traía la cigüeña, podría creerse en aquel entonces, pero actualmente los niños son más avispados. Por eso pienso que, los pequeños, no van a pensar que los bebés “nazcan de un repollo”. Sin duda que suena ridículo; mejor diría a inocente. Y, hoy día, ya no hay esa inocencia tan característica en los niños.
    Desde sus primeros balbuceos, comenzamos a decirles “papá” y “mamá”. Y lo primero que dicen es papá. Al parecer se debe a que el fonema “p” es mucho más fácil de pronunciar que el fonema “m”, por lo que es más habitual que digan antes “pa-pa-pa” que “ma-ma-ma”. Esto no quiere decir que quieran más a su PADRE que a su MADRE. Al parecer les resulta más sencillo decir, pa-pa-pa. ¡Menos mal!
    El nombre de MADRE lo pongo con mayúscula, porque he conocido a una MADRE que no encuentro palabras para calificar su actuación como tal y, si me permitís, de buena esposa. Ha sido una MADRE ejemplar donde las haya. Más tarde, tanto el hombre como la mujer… Seguimos mencionando su nombre en muchas ocasiones de nuestra vida. Incluso, después de que se han ido para siempre

    El AMOR de MADRE, no hay quien lo supere ni lo iguale por eso, si me permitís, voy a decir que siempre he considerado a los hijos, más de sus MADRES, que de sus PADRES. (también con mayúscula) Las MADRES les cuidamos cuando están enfermos, enseñándoles a dar sus primeros pasos, amamantarlos o darles biberón, vestirles, preocuparse de su buena marcha en el colegio y educarles en casa con el buen ejemplo y buenos modales. Y sufrir a su lado, aconsejándoles con amor, si por avatares de la vida se han torcido en el camino.
    Después de todo esto y más… PADRE Y MADRE son, como bien dice Javier, aquellos que ejercen la paternidad o la maternidad, no quienes aportan los elementos reproductores. SER PADRE, es mucho más que eso. Hay padres, no biológicos, adoptivos, que han sabido cumplir esos roles mejor que el padre biológico; porque ser padre o madre adoptivo o biológico en definitiva es: procurar darles a los hijos o a las hijas un desarrollo lo más completo y feliz posible.
    Y me quedo con otra frase de Javier.- Decir que cree en Dios. Y que supone que a Dios le es bastante indiferente las creencias. Que a ÉL solo le preocupa el amor. Resumiendo: a Dios únicamente le importa que nos respetemos y amemos, los unos a los otros, como Él nos amó.
    Sí, lo que importa es ser buena persona, sin ser tonto. Es la mejor seña de identidad para una buena convivencia de unos y otros.

    Me ha gustado, Papá e Mamá

    Mi recuerdo cariñoso, desde Palmeira

    1. Concordo contigo, prezada Naty, incluído o amor que sente Deus por todos nós, aínda que non lle importe nada a nosa indiferencia ou mesmo que non o amemos, como impón o seu primeiro Mandamento. As historias bíblicas, incluída a creacionista, esas si son lendas de semellante categoría á da cigoña, e non estamos a tratar de nenos senón de adultos que as impoñen -a esta altura do século XXII- en máis dunha escola e universidade. Un pracer contar coas túas sempre tan axeitadas propostas, cun recordo cariñoso para Palmeira .

  2. Grazas por preguntar, querido Fidel:
    Magdalena, tratando de encarar unha vez máis os azares da vida. Hai que pasar as probas que nos chegan con serena actitude.
    Un bico para todos.

  3. Querido Fidel,
    Da miedo.
    Sí. Tanta complejidad y belleza asusta.
    A veces, muy pocas, la cigüeña debiera reconocer el mal estado de su carga y no trasladarla como malformación congénita. Nunca lo hará; su destino es ser la imagen de la propagación a ciegas de la vida. Podemos decir que Dios lo ha querido, pero también preguntarnos por qué Dios quiere eso. Ya hizo las retinas nuestras al revés. Es caprichoso; parece empeñado en que algunos, como yo, lo tengamos como Evidencia, a pesar de aparentar ser un Deus absconditus y extrañamente ludens.
    El miedo parece enraizarse en las primeras células que permitirán albergar, de modo humano, al Ser. El miedo, para bien y para el mal en su diversidad normal y patológica, siempre acompañará al niño que fuimos, somos y seguiremos siendo hasta el final.
    La mano del padre, sí, pero sobre todo la de la madre, será el asidero que nos permita afrontar con valor la soledad en un mundo brutal. “Mamá” fue el grito final de muchos hombres jóvenes, hechos y ya no derechos, sino deshechos por metralla en la guerra. Y fue también la madre espartana la que hizo humillante la cobardía en el combate. Antagonismos que se dan.
    Por supuesto, el sexo debe suponer nada menos, también nada más, que lo erótico amoroso y cualquier planteamiento de espermatozoides vencedores en una selección “microsprópica” es sencillamente estúpido, en un mundo de estupidez creciente a la que no se ve límite.
    Es llamativo lo que dices del DNI y me permito redondearlo un poquito, aprovechando que se lleva el inglés como lengua madre (algo que suena como prostitución extraña). En esa lengua bárbara, por más que sea ya “lingua franca” en ciencia y turismo, el ADN es DNA. Y así se hace más “comprensible” la pretensión de imponer (llegará a realizarse de verdad y no sólo por la policía científica) la triste ecuación DNA = DNA.
    Un gran abrazo
    Javier

    1. Naturalmente, querido Javier, “Ai, mamaíña!”, adoita ser unha expresión mesmo sexamos vellos, porque -permíteme a magnífica obviedade da boca de Freud- non esquezamos a realidade de que é dentro da nai onde comeza a nosa historia vincular. Á par, a palabra, a teta, a mirada, o regazo, en fin, a presenza do amor, xa que logo, amar -alén do xogo de palabras- vén de mamar. O pai, amigo meu, nunca será posible sen a nai. E líbrenos Deus dun pai celoso do fillo ou da filla.
      É unha regalía contar contigo nas Conversas deste Café, e sería marabilloso que o Deus aluido fose unha Deusa. Daquela, e seguindo o teu discurso e a miña leria e participando da xerga en español, o ADN seria A Deusa Nai. Ai, mamaíña!
      Forte aperta e saúde.

      .

      1. Querido Fidel,
        Totalmente de acuerdo.
        Me permito añadir un comentario más , ya que incides en la “Diosa”.
        Al principio, si no estoy demasiado equivocado, fue la Diosa… o las diosas, si le hacemos caso a Campbell y a Gimbutas. Contrariamente al mandato bíblico veterotestamentario de no hacerse imagen de Dios, se ha hecho al modo patriarcal. Se reza el “padrenuestro” también desde las palabras de Jesús, judío por otra parte, algo que no siempre se tiene en cuenta. Pero una imagen así (que para Dawkins parece reverberar como la de un anciano con bata, zapatillas y un triángulo en la cabeza) es forzosamente antropomórfica e incompleta. Además, esa perspectiva infantiloide, opuesta a la infantil del niño que llevamos dentro, induce fuertemente al ateísmo, porque el monoteísmo cae con frecuencia en una monolatría pobre.
        Creo que un gran valor del catolicismo en comparación con el cristianismo protestante es que la mirada católica ha sabido mantener y realzar la gran raíz mítica de la diosa. María como theotokos, como madre de Dios, constituye una aporía, pero ¿qué sería la religión sin aceptar el misterio llevado a su modo de expresión más radical de la contradicción “lógica”? Aunque el cristianismo adore y rece a Dios Padre, con gran frecuencia lo hace a través de la Virgen María, madre purísima, virginal… y que acoge con ternura divina, lo que no deja de ser un modo de admitir que Dios no es intuible sino sólo a veces sensible. Hasta la iconografía de esa madre que acoge al niño adulto (sea Isis o Nuestra Señora del Perpetuo Socorro) simboliza a la perfección esa constante protección materna del niño ya adulto.
        Como recuerdas, uno bien puede decir “Ai mamaiña” aunque sea viejo y aunque su mamaiña esté muerta. El logos tiene su campo de acción y ya es mucho, pero limitado. Si despreciamos lo mítico arcaico, si despreciamos el canto poético a la Naturaleza, no lo hacemos por lógica sino por caer en los pobre mitos modernos, entre los que el cientificismo destaca.
        Creo que ha sido un tremendo error pretender desprender lo religioso de sus raíces míticas. Prescindir del valor de lo simbólico en aras de una teología racionalista supone desterrar el mito y destrozar la teología.
        Un abrazo
        Javier

        1. Estou contigo, amigo Javier. Sempre do lado do mítico e do místico. Forzando unha frase, son máis do ateo (grazas a Deus) de Buñuel que do católico delator Dalí. Grazas por enriquecer está achega. Apertas e saúde.

          1. Aunque yo crea en Dios, supongo que a Dios le es bastante indiferente la cuestión de las creencias y que, de existir, algo en lo que confío, le importará sólo una cosa, el amor o, dicho de otro modo, la posición ética coherente con independencia de la creencia o increencia de cada cual.
            Y tomo esa frase tan citada, que tú recuerdas, en sentido auténtico: desde mi punto de vista, si uno es ateo, lo es realmente “gracias a Dios”, pues ese es el camino que se le muestra. En el fondo, sólo importa ser buena persona, algo que te caracteriza de modo ejemplar.
            Un abrazo.

Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *