Galicia e os galegos na poesía castelá XXX. Juan Gil-Albert

gilalbertRomán Arén. Cando eu era universitario nos setenta, Juan Gil-Albert (1904-1994) coñeceu un momento de gloria grazas á defensa que da súa obra fixeron Gil de Biedma e Francisco Brines e á edición de Memorabilia (1975) e Crónica General (1974). Logo Luis Antonio de Villena reivindicou Valentin. Era, pois, un Gil-Albert prosista, pero cómpre lembrar que é un gran poeta, autor de Misteriosa presencia (1936), Candente horror (1936), Son nombres ignorados (1938) e Mi voz comprometida (1980). Exiliado en 1939 en Francia e logo en México, onde colabora con Octavio Paz, volve en 1947, pero segue no exilio, esta vez interior. Foi, como Dieste, membro do grupo <Hora de España>, e moi amigo de Cernuda, Altolaguirre e Lorca. En 1961 dedicou a Rosalía o poema “Ver llover”, incluído en Poesía e logo no segundo volume de Obra poética completa (1981) e editado entre nós por Alonso Montero en 1997:

Cuando llueve la tierra/suspende sus labores/y el hombre se recrea en su silencio/como si nada externo fuera nada,/sino tan sólo el húmedo murmullo/del agua universal. Se asoma enfrente/de mi balcón un rostro entre penumbras/y ambos lejanos, mudos, solitarios,/contemplamos el raudo deshacerse/de las nubes ha poco luminosas./No hay como estas paradas en la vida/para que todo adquiera fugitivo/su semblante más vasto: su invisible/poder evocador:¿Será la vida/más que nuestro ajetreo este trastorno/dulcemente fragante, esta fragancia/trastornadora, un eco/de lo que por debajo de la tierra/se cumple ante los ojos en la forma/de una suave bondad? ¿Es todo un aire/sombrío que se anega en su belleza?/Mucho ha indagado el hombre de las cosas/que en torno lo rodean; mas si llueve/olvídase de todo y sólo entonces/asiste a este extenderse por el mundo/de lo que nunca fue ciencia ni arte:/una música gris, una cadencia/triste como es el alma pensativa/de quien la escucha.

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